EP #3 – 4 soluciones que harán más efectiva una prueba de maquillaje

¡Hola colegas! ¿Cómo están? Bienvenidas al tercer episodio de “Jefa en maquillaje”, mi podcast sobre marketing y experticia.

Todas tenemos en nuestro historial alguna experiencia “difícil” con una cliente. Si hay algo que todas tenemos en común es que, con más o menos experiencia, cargamos con algún servicio que no salió como esperábamos.

Muchas veces eso que sale mal tiene que ver con la comunicación y el flujo del servicio: el horario de inicio o finalización, la demora en tiempo, el presupuesto y las fechas de cancelación del saldo, la inclusión o no de los viáticos, la especificación de cómo y cuándo se abonan, etc. Es decir, detalles que no quedaron claros para el cliente, y al no tener un contrato de trabajo o un intercambio de mails que nos resguarden en caso de un cuestionamiento, aunque el error no sea nuestro, la desprolijidad de la gestión queda a la vista, y por más que el diseño de maquillaje sea bellísimo, podemos provocar una mala experiencia.

Sin embargo, la gran mayoría de las veces en que la energía entre cliente y maquillador no fluye, tiene que ver exclusivamente con el diseño de maquillaje ejecutado.

Hace muchos años atrás, la prueba de maquillaje empezó a ofrecerse como un servicio adicional, opcional y complementario para que nuestra cliente pudiera conocer nuestro estilo y experticia, y así definir si éramos lo suficientemente buenas para hacer el trabajo. Sí, nos tomaban examen.

El marketing de servicio por aquellos tiempos sugería que la “prueba” debía realizarse sólo en medio rostro, durar una hora reloj y cobrarse la mitad que un servicio tradicional. También se decía que las clientes intentaban hacer coincidir el día de la prueba con el día de la sesión de fotos de exteriores para su evento, así podrían ahorrarse un servicio, entonces finalizada la misma se invitaba a la cliente a demaquillarse.

En la actualidad elegimos manejarnos diferente, porque la prueba de maquillaje dejó de ser un espacio para saber si maquillamos lindo, para pasar a ser una necesidad del profesional para conocer el lienzo de trabajo y conectar con la persona que lo contrata a fin de armar un vínculo especial, que permita que la energía fluya durante el gran día.

Entonces ya no se trata de que si lo hacemos bien “nos aprueban”. Se trata de reinventar el servicio para entender que lo que necesitamos los profesionales en este encuentro previo que dura entre 2 y 3 hs, es lograr encontrar un diseño de maquillaje que al cliente le encante y que funcione ante la resolución UHD, que exigirá que no se vea exceso de producto y que resista la cantidad de horas necesarias para durar todo el evento.

Por eso hoy quiero compartirles 4 soluciones que harán más efectiva una prueba de maquillaje.

[06:58] – Solución #1 – Podríamos dejar de hablar de “prueba de maquillaje” y empezar a decir “encuentro de diseño”.

[09:27] Solución #2 – Establecer las “bases y condiciones del servicio”. Todo lo que puedas profesionalizar respecto a este servicio forma parte de tu carta de presentación.

[11:38] Solución #3 – Establecer un honorario digno para un servicio que implica la misma, o mayor, cantidad de productos y horas de trabajo.

[12:37] Solución #4 – Crear tu propio portafolio de trabajo ¿Ya escuchaste el episodio #1? 

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