¡Hola colegas! ¿Cómo están? Bienvenidas al octavo episodio de “Jefa en maquillaje”, mi podcast sobre marketing y experticia.

Como siempre cuento en este canal, hoy, mi principal prestación de servicio es como mentora de marketing y estrategia para maquilladoras que quieren definir las bases de su marca personal. Trabajamos con mucha intensidad, codo a codo, durante 6 meses en tomar decisiones claves y crear un plan para cada emprendimiento.

Y es a través de sus procesos que encuentro los temas, desafíos, frustraciones, problemas, que me inspiran a crear los episodios de este podcast. Si bien trabajo con cada menteé 1 a 1, es decir, de manera super personalizada, hay preguntas o mecanismos que se repiten, y por los comentarios que ustedes me dejan luego de cada episodio, sé que evidenciar eso que nos pasa a todas (por más experiencia que tengamos) y darle luz a eso que nos cuesta un montón, les lleva mucha tranquilidad, y un gran recordatorio de que ningún obstáculo es motivo de renuncia.

Gran parte de las maquilladoras que eligen mi mentoría lo hacen para entender cómo conseguir mayor cantidad de potenciales clientes, aumentar su audiencia y cerrar mejores presupuestos.

Cuando iniciamos el proceso de trabajo, a medida que avanzan las sesiones, suelo notar que en la mayoría de ellas se presenta el mismo patrón: como están super enfocadas en empatizar con su ideal de cliente, el 80% de su tiempo disponible de trabajo lo invierten en crear contenido de atracción y conexión en Instagram (algunos carrousel educando, reels entreteniendo, historias inspirando). Y les funciona.

Finalmente la dedicación, constancia y coherencia en sostener la historia que cuentan con sus marcas tiene una consecuencia: hay nuevas interesadas solicitando más información y consultando la disponibilidad de fechas.

Pero ojo, porque cuando llega el momento de contar qué y cómo es exactamente lo que hacen en esos 90 minutos de servicio… empieza el drama. Dudan de ellas mismas, no saben explicar las opciones, demoran en responder, presentan una propuesta semi-improvisada, tipean en el momento, adjuntan fotos de baja calidad, el cliente empieza a tomar decisiones y a pedir cosas a las que saben que tendrán que decirle que no…
Y esto pasa porque no hay un dossier explicativo con portafolio, un caminito claro para la contratación, un contacto previo para ellas poder también decidir si quieren trabajar con esa persona, una estrategia para lograr la reserva inmediata.

Todo el valor de haberse dejado ver se convierte en ceniza, y después de apretar ENTER sienten lo obvio… que jamás las van a contratar.

Entonces empecé a preguntarme… ¿Qué pasaría si invirtieran el tiempo de forma más pareja, dejando un gran fragmento de su semana para estudiar el mercado, la competencia, detectar oportunidades, definir los diferenciales de su marca, definir con qué acciones los van a llevar a la vida y así entonces mejorar la calidad de sus servicios de manera que lo que hagan sea tan único como necesario para esa potencial cliente a la que sí quieren atraer?

Se trata de dejar de trabajar para el like o el repost, para empezar a trabajar para tener la convicción de que su servicio y estrategia de venta es increíble.

Por eso hoy quiero hablar de otros de los mayores problemas que observo en las maquilladoras, y es que veo que están todas ofreciendo lo mismo, para cualquier tipo de cliente y con valores que sólo cubren el costo fijo de un servicio y un mínimo % de un honorario digno. En términos de marketing diría que prestan un servicio que no está diferenciado para impactar en la atención de su cliente ideal y que financieramente ahoga la rentabilidad de sus marcas.

Se los reformulo así: lo que más noto de las maquilladoras a la hora de analizar sus modelos de negocio es que todas están haciendo lo mismo y ofreciendo su servicio al mejor postor. 

No toman decisiones difíciles y no eligen realmente cómo quieren trabajar. Eligen lo que parece que conviene, o lo que se estila en el mercado aunque no resuenen con eso. Como si realmente no merecieran todo lo bueno. 

Se olvidan que tienen la posibilidad de dar forma a su proyecto.

Maquilladora, hacer lo conocido y evidente no te va a dar más trabajo.

No podemos dejar en manos del cliente el valor de nuestro negocio.

Por eso hoy quiero compartirte 3 consejos para crear un servicio de maquillaje diferenciado:

[6:00] Consejo #1 – Definir el escenario de tu visión. ¿Qué es lo que te imaginas haciendo con tus talentos?

[7:45] Consejo #2 – Elegir el formato de servicios y analizar como potenciarlo con herramientas digitales. Una vez que tu servicio está bien diferenciado ¿Cómo podemos optimizarlo aún más con automatizaciones digitales?

[09:27] Consejo #3 –  Crear una estrategia de venta planificando su lanzamiento y su posterior difusión. El caminito de compra que el cliente debe seguir para adquirir el servicio debe ser claro.

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