EP #9 – ¿Por qué el maquillaje de novias es más costoso?

¡Hola colegas! ¿Cómo están? Bienvenidas al noveno episodio de “Jefa en maquillaje”, mi podcast sobre marketing y experticia.

Hoy quiero hablarles de un tema que resuena mucho en mis mentorías de marketing cada vez que iniciamos el proceso de crear paquetes y página de venta de servicios de maquillaje, sobre todo porque si alguna vez ejercieron profesionalmente, seguro, pero re que te seguro tengan en su haber alguna experiencia donde alguien pidió explicaciones respecto al manejo del negocio…

No creo ser la única maquilladora a la que le han preguntado ¿Por qué el servicio de maquillaje para novias tiene un valor diferenciado? ¿A qué se debe? ¿Qué diferencia presta respecto a un maquillaje social para una invitada a evento? ¿Por qué es más costoso? ¿Es el mismo servicio que se realiza para otra persona y sólo por su rol se cobra más?

Es incómodo, y hasta puede resultarnos agresivo el tono de un cuestionamiento de esta índole, pero es cierto que la cliente que pregunta es la que realmente estaba interesada en que la maquillemos, y en la info que le pasamos… no encuentra la respuesta.

¿No es obvio que un maquillaje para novias no es igual a un maquillaje social? Y no, querida maquilladora, lamento informar que no, que las expertas somos nosotras pero que la cliente muchas veces no tiene ni idea sobre técnica y experticia, y eso está bien. Y si bien es cierto que nadie debe hablarnos mal ni exigirnos explicaciones respecto a cómo gestionamos nuestra marca, porque a fin y al cabo quien no resuena puede comprar en otro kiosquito, para pasarla mejor podríamos revisar si la información que proporcionamos explica con claridad en que consiste cada servicio y que incluye uno a diferencia de otro, sobre todo cuando varía un precio.

Si nuestro servicio de diseño y ejecución de maquillaje ofrece la misma experticia siempre, más allá del rol que desempeñe una persona, y consideramos que la inversión de insumos, y la entrega de tiempo y energía que prestamos a una invitada a un evento o a una protagonista es la misma, entonces nos podríamos permitir cobrar de la misma manera el servicio. Si nuestro hacer no propone un diferencial, en el tiempo de acompañamiento o una mejora en la calidad del producto utilizado, entonces no debería existir un motivo justificado para que un maquillaje sea más costoso para una novia respecto para cualquier otra mujer que desea maquillarse para un evento social.

¿Qué es lo que no debería sucedernos como profesionales? Carecer de justificación que nos convenza a nosotras mismas o que la explicación que ofrezcamos a la cliente sea que “nuestro servicio de maquillaje para novias es más caro porque en la industria se cobra así”.

Las maquilladoras no deberíamos cobrar un servicio de maquillaje para novias más caro sin ofrecer ningún diferencial sólo porque se supone que una novia dispone de presupuesto para pagarlo. 

Lo que es absolutamente válido sería suponer que una cliente que está organizando una boda dispone de presupuesto y lógicamente estará disponible a valorar un servicio de calidad y diferencial. Pero para que funcione, además de un cliente con la billetera abierta, debe haber una propuesta que cautive por que promete una solución con una metodología que invita a recorrer una nueva experiencia.

Quien desea llevar adelante de forma profesional una prestación de servicios de diseño y ejecución de maquillaje debería hacerlo liderando una marca personal responsable, que tenga entre sus bases un dossier de paquetes de servicios claro y coherentes a sus creencias. 

Quiero aprovechar este espacio de privilegio, de poder ser voz de quienes hace muchísimo años trabajamos como maquilladoras en el mercado nupcial para compartir algo con colegas que recién empiezan en el oficio, o con quienes no conocen o no han trabajado con exclusividad en este sector, y quiero hacerlo porque la mayoría de nosotras (las maquilladoras de novias) coincidimos en un sentir: el ritmo y contexto en que vibra una celebración cuya protagonista de eventos es una novia requiere de mucho más que preparar la piel y maquillar en función de un vestido en 60 minutos.

Debemos personalizar esa experiencia, entablar un vínculo con la cliente, conocer que implica este evento en su vida, ofrecer un acompañamiento amoroso en la toma de decisiones técnicas y estéticas de su estilismo, manifestarle nuestra disponibilidad profesional para acomodarnos para trabajar en espacios no diseñados para nuestra labor, así como buena voluntad para ajustarnos a un cronograma donde varios proveedores de servicio deberán evitar imprevistos y lograr que toda la preparación funcione en perfecto sistema.

Trabajar para una mujer que ha puesto el corazón en cada detalle implica también, acompañarla en la gestión de sus emociones, escucharla, apoyarla y hacerle saber que es maravillosa y suficiente. Quién sabe si quisiera hace cuánto tiempo nos ha elegido y agendado como prioridad en su cuaderno. Si soy parte del equipo de una novia, soy su tribu, estoy de su lado y voy a velar para que todo salga bien, y su celebración sea un éxito.

Maquilladoras, para mí, el compromiso que supone encarar un servicio para una persona que protagoniza y ha planificado cada detalle de una celebración, debería distar muchísimo de ser similar a un servicio donde en 60 minutos conocemos, diseñamos y ejecutamos un maquillaje para una persona que simplemente asistirá a un evento a divertirse. Y que quizá hasta le dé lo mismo quien la esté maquillando.

No todas las maquilladoras elegimos maquillar novias, ni todas necesariamente deben estar de acuerdo con mi sentir, porque cada una en base a su experiencia puede de manera individual percibir la prestación de este servicio de manera diferente, y si lo desea comunicarlo. No espero estén todas de acuerdo conmigo, tampoco es que tienen que enojarse si no coinciden, tener una visión propia sobre este tema es algo que sucederá con el tiempo y el hacer, pero establecer las bases de nuestra marca con un paquete de servicios diferenciado y justificado, no es algo en lo que nos podemos relajar.

Se que ponerle claridad a las redacciones de un servicio de maquillaje es difícil. También estuve ahí. Y quiero ayudarlas. Por eso colegas hoy voy a compartirles algunas razones por las que un servicio de maquillaje para novias es más costoso.

[7:20] Razón #1 – El flujo de trabajo con una protagonista de evento, no es el mismo que generamos para un maquillaje social. Para evitar complicaciones y discrepancias, y asegurarnos que el resultado es al que se quiere llegar, debemos tener un camino previamente trazado.

[8:32] Razón #2 – Creación y entrega de detalles que son de importancia para el cliente, como por ejemplo, una guía de recomendaciones.

[9:40] Razón #3 –   Podríamos ofrecer la validación de la alta definición sobre nuestra experticia. Recomiendo escuchar el episodio 4 de este podcast que menciona varios factores para potenciar la experticia en maquillaje pensado para alta definición.

[10:14] Razón #4–  La rutina de preparación de la piel no es la misma. Recomiendo llegar con anticipación y generar instancias de limpieza e hidratación extras, de manera que cuando toque el inicio del maquillaje la piel se encuentre más que preparada.

[11:06] Razón #5 – Utilización de productos especiales para garantizar fijación sin generar carga, pesadez o tirantez,  ya que las protagonistas de evento suelen estar más expuesta a variaciones en su temperatura corporal, momentos de emoción y roce constante por la cantidad de personas que desean saludarla y abrazarla.

[12:35] Razón #6 – Exclusividad en el acompañamiento durante el día del evento, que implica no generarle ningún estrés por mi llegada y garantizarle mi presencia hasta la última instancia.

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